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La coprofagia canina

La coprofagia caninaLa coprofagia canina es uno de los problemas que más se consultan con los veterinarios, por lo inexplicable para los amos de este comportamiento. A continuación sabremos en qué consiste este problema, analizaremos su posible origen y aprenderemos consejos para solucionar este incómodo problema.

Y comenzaremos analizando qué es la coprofagia. Esta incómoda práctica es la costumbre que adquiere el perro de consumir excremento. En sus orígenes no es un problema grave, pero de no atajarlo podrían presentarse problemas de salud en el perro, principalmente insuficiencias del  páncreas.

Este tipo de problema se suele catalogar en tres grupos diferentes: la primera es cuando el perro solo consume su propio excremento, la segunda es cuando el perro consume excremento de otros perros, y la tercera es en la que el animal consume las heces también de otras especies de animales.

Una vez analizado el problema, es momento de conocer el origen de la coprofagia canina. Son varias las explicaciones que podemos encontrar para explicar el origen de este comportamiento en nuestros perros.

La primea de ellas está relacionada con la atención que necesita el perro, y que al no ser dada se transforma en una llamada de atención a sus amos por medio de este comportamiento.

Igualmente encontramos una conducta imitativa del perro. Pueden presentarse casos en los que el animal observe a otro perro hacerlo y por consiguiente decida imitarlo.

En el caso de las madres, éstas suelen realizar esta práctica con sus cachorros. Esto suele explicarse como modo de mantener el área limpia.

Así mismo se presentan casos donde los perros débiles comen las heces de los dominantes como conducta de docilidad y respeto.

Y por último también pueden presentarse casos donde el perro solo recibe alimento una vez al día y de poca calidad, por lo que busca en sus heces otra fuente de alimento.

Conocer el origen del problema es importante para pasar al siguiente punto que trataremos: ¿cómo solucionar este problema?

Como decimos lo importante a la hora de tratar esta conducta es saber identificar su origen. No se deben realizar castigos físicos sino realizar estrategias para cambiar los comportamientos del animal.

Lo primero que se debe hacer es ir al veterinario y comentar el problema. En esto casos son ellos quienes pueden ayudarnos a identificar el problema y así darnos una solución.

Dentro de los tratamientos más populares están las de agregar enzimas a la comida del animal. Así mismo se usan suplementos que dan un sabor muy desagradable a las heces buscando que el perro se abstenga de consumirlas.

De igual forma se aconseja a los dueños añadir a las heces del perro sustancias picantes para que exista una aversión. Para este caso se debe hacer oler y consumir un poco de la salsa y así se identifique luego en las heces.

También se aconseja el uso de bozal y recoger inmediatamente las heces sin que el perro te vea hacerlo.

En el caso de que la causa sea el poco alimento pues se debe dar un poco más para que nuestro perro no tenga que recurrir al alimento con sus heces.

Con estos métodos posiblemente se elimine la conducta en el animal. De no ser así se deben buscar soluciones junto al veterinario y determinar exactamente que problema de salud puede causar esta ingesta de excremento. 

Categorías: Comportamiento, Salud,
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