Molestos para los dueños, peligroso para los perros, las fugas son un comportamiento que debe ser atajado. Para hacerlo debemos primero determinar la causa de sus fugas. Veamos algunas pautas para entender el motivo de las huídas de nuestros amigos.

Perros que se escapan pero que vuelven por sí solos

Cuando hablamos de “fuga” hablamos de una salida del territorio del perro. Pero los límites de nuestro pueden no ser del todo claros, por eso es importante delimitar físicamente el territorio con una valla, setos, etc. y enseñar a nuestro perro a respetar este límite.

Es posible que nuestra mascota se vea a sí misma como dominante. De hacerlo, éste cree que puede entrar y salir cuando lo desee, porque él es el dominante, el que define su territorio. Este comportamiento es común cuando la jerarquía canina no está bien definida en la familia y cuando apreciamos que el perro presenta comportamientos dominantes con otros miembros de la “manada familiar”.

Para no llegar a este punto es importante hacerle entender que tú eres el jefe de la manada con unas sencillas reglas de aplicación diaria: darle de comer después de vosotros, asignarle un lugar bien definido para dormir en una esquina de una habitación, no responder a todas las atenciones que reclame, etc.

También hay perros que escapan por su instinto cazador. Y es que a las razas con orígenes cazadores es difícil hacerles que pierdan ese instinto. Aunque podemos agotarles físicamente para que no quieran salir a cazar. De esta manera reduciremos e incluso eliminaremos el riesgo de fuga.

Los estímulos externos

Los estímulos externos son otro de los motivos que pueden hacer que nuestro perro salga fuera de su territorio. Hablamos de perras en celo, lugares en los que hay comida a su alcance, lugares en los que jugar,… Todos estos lugares son estímulos muy interesantes para nuestro perro.

Estudia la causa que le incita a salir y ponle freno. Si es un lugar en el que juega, crea una rutina diaria de juego con tu mascota. Si es un lugar al que va a comer, haz que sus ganas de comer diarias estén saciadas espaciando su cantidad de comida diaria a varias veces al día. Si el motivo son las perras en celo, no dudes en esterilizar a tu mascota.

Actitud ante la vuelta del animal

Por cierto, mucha atención con la actitud que adoptas cuando veas que tu perro regresa a casa. Ante su regreso debemos adoptar una actitud positiva. Sabemos que es difícil porque son momentos de nervios y de tensión, pero ten presente que si el perro nota una actitud violenta, puede que la siguiente vez que se fugue tenga miedo de volver.

Así que para que tu perro no sea reacio al volver a casa, recíbele con la alegría propia de ver que ha vuelto a tu lado y que no le ha pasado nada. Riñéndole no vas a conseguir que no se escape más, ya que eso lo harás descubriendo la causa de sus fugas. Así que ponte a ello de inmediato.

Perros que se escapan y que no vuelven solos

Por desgracia hay muchos perros que se escapan y que luego no vuelven a casa o que son encontrados a muchos kilómetros de su hogar. Además de los perros asustados por volver a casa, como veíamos anteriormente, este tipo de perros que se pierden suelen ser los perros hiperactivos (y a menudo hipersensibles). Son perros incansables, que duermen muy poco, que no paran espontáneamente de jugar. Estos perros son incapaces de controlarse y, si se escapan, suelen acabar lejos de casa, muy cansados e incluso lesionados.

En este caso es necesario consultar a un veterinario o un especialista en conducta animal para que nos ayude a tratar sus problemas de hiperactividad.