Los problemas de agresividad en perros como gruñidos o mordeduras pueden aparecer en todas las razas, da igual que sea un perro pequeño, grande, sea una raza considerada peligrosa o sea una raza de compañía ideal. Lo ideal para que esto no ocurra es la prevención.
Porque una vez que han aparecido los problemas es muy difícil corregirlos. Aunque no imposible, no os preocupéis. Un comportamiento agresivo se puede solucionar una vez aparecido, aunque tendremos que dedicarle mucho esfuerzo y mucha paciencia.
¿Qué debemos hacer primero? Determinar la causa que ha provocado el problema agresivo. No es lo mismo que haya sido miedo que algo relacionado con el temperamento natural dominante del animal. Eso determinará el tratamiento del problema.
Intentar resolver el problema sin ayuda de un especialista es posible, pero muchísimo más complicado. Es por eso que nuestro consejo es acudir a uno para solucionar un problema de este tipo.
La agresión jerárquica (la que está relacionada con la dominancia) es más frecuente de lo que parece, no te preocupes. El perro que manifiesta este tipo de conducta lanza señales como mirar a otros animales con las orejas tiesas y hacia delante, una cabeza alta y con una postura rígida, una cola igualmente alta, etc. Los problemas llegan generalmente cuando nosotros, los humanos, desciframos mal esos signos de dominancia.
Como hemos dicho al inicio del artículo, este tipo de agresiones jerárquicas pueden producirse en perros de cualquier raza, sexo o edad. Aunque los más propensos a realizarlas son los perros no castrados o los perros de raza pura (frente a las razas cruzadas).
¿Cómo tratar este tipo de problemas?
Un especialista en comportamiento canino puede ayudarnos con un programa de corrección. Para conseguir corregir este tipo de conflictos agresivos deberemos realizar cosas como las siguientes:
Evitar situaciones que activen la agresividad del animal, evitar los castigos físicos (ya que el dolor provoca mayor agresividad), aplicar técnicas de desensibilizacion (poniendo al animal en determinadas circunstancias de forma gradual), acostumbrar al perro a señales de dominancia por parte de su dueño, obligar al perro a obedecer órdenes antes de recompensarlo o utilizar diversas técnicas de contra-acondicionamiento.