Al igual que los gatos y muchas otras especies animales, los perros pueden presentar casos de heterocromía, una condición mediante la que se tienen dos colores distintos en los ojos.

Ya sea uno de un color y otro de otro, o dos colores en cada ojo, esta característica obliga a detenerse más aún cuando se miran los ojos del animal, sólo que con la razón adicional de disfrutar de su belleza. En los humanos también pueden darse casos de heterocromía, pero es más habitual en los animales.

Como rasgo genético, la heterocromía puede aparecer, en dependencia de la especie, por herencia genética, endogamia o mutación.

Lo cierto es que más allá de sus explicaciones, constituye una maravilla que no deja de sorprender y gustar a todo el que la encuentra y observa, sobre todo tratándose de perros, a los que miramos siempre a los ojos para conocer qué les sucede, cuál es su estado emocional e incluso tratar de predecir sus intenciones inmediatas ante determinados eventos.