·Más de 100 mil ataques de perros se registran cada año en México; casi 50 por ciento de estos animales no tienen vacuna contra la rabia. Especialistas del ISSSTE informaron que es muy importante que la población sepa que este contagio es mortal y la única forma de salvar la vida es recibir atención médica inmediata basada en medidas profilácticas y la aplicación de suero antirrábico o gammaglobulina antirrábica.
·Lo más importante en el control de la enfermedad es prevenirla a través de la vacunación de las mascotas domésticas como perros y gatos, debido a que en el 54 por ciento de los casos son los transmisores fundamentales de la enfermedad.
·Personal médico del ISSSTE advirtió que siempre es conveniente saber qué hacer en caso de la mordedura de un animal, ya que la rabia ingresa al organismo a través de heridas en piel o por las mucosas como nariz y ojos, expuestas a secreciones que contienen el virus vivo.
·La forma más frecuente de contagio de la rabia es a través de la saliva de un animal infectado, que se transmite durante una mordedura o mordeduras múltiples y profundas en zonas con amplia presencia de conexiones nerviosas. Son peligrosas también las lameduras o la inhalación de partículas virales suspendidas en el aire de cavernas que son refugio de murciélagos.
·Es de suma importancia la aplicación del tratamiento local de las heridas mediante lavado enérgico con agua y jabón, siendo aceptada la aplicación de antisépticos. Además –puntualizó— se debe aplicar el esquema completo de la vacuna antirrábica, en total de cinco dosis los días cero, tres, siete, catorce y 28 por vía intramuscular, de acuerdo con la Norma Oficial Mexicana.
·La Rabia es catalogada como una enfermedad infecciosa producida por un virus que al desarrollarse en el ser humano invariablemente causa la muerte y cuyas manifestaciones clínicas son de presentación aguda y de tipo encefalomielítico, es decir, que afectan al sistema nervioso.
·Los virus inician su replicación en células musculares, infectan después los nervios sensitivos y motores; llegan al sistema nervioso central, donde se replican nuevamente y producen cambios de conducta conocidos como Rabia Furiosa; continúan diseminándose para producir posteriormente lo que se conoce como Rabia Paralítica, finalmente pasan por nervios periféricos a otros órganos ocasionando depresión, coma y muerte.
·Su evolución clínica se caracteriza por cuatro periodos. El primero es la incubación; el segundo se conoce como prodrómico, caracterizado por fatiga, pérdida del apetito, fiebre, cefalea, prurito y dolor en los sitios de herida, así como cambios en el comportamiento, desde el estado afectivo hasta la agresividad, y periodos de depresión e insomnio.
·El tercero es el estado neurológico agudo o rábico: se caracteriza por agitación psicomotora, que alterna con periodos de lucidez y cooperación. La agitación incluye hiperactividad, desorientación y en ocasiones lenguaje incoherente, alucinaciones y crisis convulsivas. Esta agitación puede ser espontánea o desencadenarse por estímulos táctiles, visuales, auditivos u olfatorios, como la ingesta de agua o el aire.