La siguiente es una carta escrita por mi madre a su perro Betico un año luego de su partida, deseo compartirla con todos aqui, dejar partir a un amigo es lo mas dificil, pero saber que al final podras compartir de nuevo con ellos es un aliciente para seguir adelante guardando todos los buenos momentos que pasaste con ellos.
Betico.-
Hace un año te dormiste en mis brazos y no volviste a abrir tus ojitos, es día se fue una parte importante de mi alegría.
No sabes la falta que me haces mi ángel. No tienes idea, en ese cielo tan lindo del que estas disfrutando, como te extraño. Pero tengo la esperanza que un día se cumpla lo que te prometí, nos reuniremos de nuevo y volveré a consentirte, a cargarte y llenarte de mimos.
Betico como quisiera tenerte conmigo, te recuerdo cada día cuando veo que no te tengo para compartir contigo lo que voy a comerme, son tantas las veces, que hasta una galletica me llena de lágrimas al pensar que no estás para compartirla conmigo. Dicen que el tiempo cura todo, esperemos que sea así.
Pero extraño como el primer día tus gruñidos, tus ladridos, tu alegría cuando salías a recibirme moviendo tu colita aunque acabara de salir y regresara. Cuando saltabas a mis piernas y yo te apretaba contra mi pecho y te decía "te amo mi pequeño". Cuando saltabas a mi cama y te recostabas de mi diciendo "no estás sola". Fueron once años hermosos que me regalaste de alegrías y de un cariño inmenso.
Fuiste mi compañero, mi amigo, mi gran distracción, la realización de mi sueño (de niña siempre soñé con tener un Poodle) un día Carolina te puso en mis brazos ¡bendito día! Fueron tantas las cosas que pasamos juntos, cuando te enfermabas y yo pasaba la noche contigo en mis brazos para cumplir con los tratamientos y que decir de cuando te robaron en Anaco y moví cielo y tierra para rescatarte.
Fueron once navidades, once carnavales, once semanas santas, once cumpleaños tuyos y míos, ¿Cómo podría olvidarte mi pequeño enano? Si tú fuiste mi pitufo consentido, mi chiquito.
Betico ¿sabes lo duro que es estar sin ti? Lo difícil que es llegar a casa y no verte, incluso ir a dormir y no sentir tu compañía cerca de mí. Pero en fin, mi ángel, poco a poco tendré que aceptar la realidad, no estás conmigo.
Que dios te bendiga compañero, te amare siempre.
Idis