La piel de una mascota constituye un buen referente para medir la salud del animal. En el caso de los perros, las enfermedades en la piel pueden hacerse muy visibles a través de lesiones y otros síntomas como la caída del pelo.

Y es que los padecimientos de la piel no solo evidencian a un perro poco atractivo, sino que causan molestias al animal. Los principales signos de que tu mascota presenta problemas con su piel son: rascado excesivo, lamido y/o masticado de su piel. A su vez, estas acciones provocan lesiones, enrojecimiento y mal olor al can.

Cuando un perro tiene enferma su piel desprende un hedor desagradable que suele confundirse con suciedad. Sin embargo, bañarlo ante estos casos deviene en error nefasto pues la humedad puede aumentar la patología del perro.

En el presente artículo le brindamos información sobre las enfermedades de la piel que puede sufrir un perro, así como algunos consejos para mejorar la salud de tu mascota. No obstante, no olvides que acudir al veterinario es la actitud más sabia para atender el padecimiento de tu can.

SÍNTOMAS DE UNA PATOLOGÍA

Los especialistas en salud canina han identificado un grupo de síntomas, muy visibles, que indican que tu perro padece de la piel. Ya te adelantaba algunos: rascarse, lamer o masticar en la piel constantemente, enrojecimiento o inflamación del tejido capilar y caída del pelo.

Otras señales son: costras, llagas, heridas y/o ronchas en la piel, áreas donde el picor es intenso, parches redondos y escamas en la cara y las patas, piel seca y escamosa, zonas calvas, erupciones, lesiones, drenaje de la sangre o pus, hinchazón, bultos o decoloración de la piel y mal olor.

CAUSAS DEL PADECIMIENTO

Los padecimientos en la piel de un perro suelen estar asociados a diferentes factores. Las mordeduras y excrementos de las pulgas irritan con frecuencia la piel de tu macota. Y es que algunos animales son alérgicos a la saliva de la pulga.

La tiña es una de las afecciones que puede sufrir tu perro. Ésta es provocada por hongos y es extremadamente contagiosa. Suele provocar inflamación, parches escamosos y pérdida del pelo.

También afectan la piel de tu perro las alergias estacionales. Si el can siente picazón puede ser que demuestre sensibilidad ante sustancias como el polen, hierbas y hongos, polvo, ácaros, árboles.

Asimismo, las mascotas pueden desarrollar infecciones bacterianas o de levadura cuando la piel se daña debido a la presencia de otro trastorno de la piel.

Por su parte, el ácaro Sarcoptes scabei o Demodex canis le ocasiona al perro la sarna sarcóptica y la demodectica, las cuales provocan picazón extrema e inflamación de la piel, de forma similar a una respuesta alérgica.

Los productos de aseo también pueden irritar la piel de tu perro. Debes asegurarte que el champú y otros bienes de aseo son adecuados para aplicar a tu mascota. Recuerda que ante cualquier duda, consultar al veterinario es la mejor opción.

DIAGNÓSTICO

Cuando adviertas algunos de los síntomas anteriormente mencionados en tu perro acude de inmediato al veterinario. Ne dejes nada a la improvisación, experimentar con tu mascota solo podría empeorar su patología.

Por ello, si tu perro está enfermo, acude rápido a un especialista. Luego de un examen físico, el veterinario aplicará pruebas más rigurosas para determinar con exactitud la causa de la afección y su tratamiento certero.

Entre las vías para determinar las enfermedades que atacan la piel de tu perro se encuentran: la biopsia de piel, prueba de la tiña, examen microscópico del pelo y la piel, para detectar la presencia de parásitos o infecciones, pruebas de alergia, y exámenes de sangre.

PREVENCIÓN LO PRIMERO

Siempre es mejor prevenir que lamentar. Por ello, procura, en la medida de tus posibilidades, tomar medidas para evitar que tu perrito enferme de la piel. Así contribuyes a su bienestar y evitas visitas al veterinario.

De tal forma, se recomienda usar jabones naturales y champús diseñados para uso exclusivo de los perros. Cepilla regularmente a tu mascota para eliminar los pelos muertos.

Asimismo, mantenle una dieta sana y equilibrada. También debes tener la casa higienizada y emplear productos contra la proliferación de parásitos. No olvides consultar a tu veterinario para aplicar estas medidas preventivas.