Es cierto, un perro mal entrenado puede convertirse en un verdadero desastre más que en ese compañero leal, amistoso y adorable que buscábamos cuando queríamos una mascota.

A veces llegamos a casa y lo encontramos todo hecho un lío. Cama deshecha, plantas ornamentales destruidas, cortinas, rasgadas, sofá sucio, comida por el piso, y muchas cosas más como si nuestro hogar hubiese sido invadido, son algunas de las cosas que se enfrentan a menudo cuando el perro es un dolor de cabeza insoportable para el cuidador que no supo lidiar con él desde pequeño.

Un ejemplo clásico es el de Beethoven, ese San Bernardo maldito y baboso que hacía insostenible la vida de su dueño, aunque con el cariño y la complicidad de los niños.

En estas imágenes se ven muchos de esos perros que hacen del portarse mal un arte odiada y temida tanto por los amantes de los canes, como por aquellos que aprovechan estos deslices para no querer a ese mejor amigo del hombre que también puede convertirse en su enemigo.