Esta raza de origen inglés fue creada a principios del S.XIX gracias a cruces de perros Bulldogs con perros de madrigueras, y fue creado específicamente para pelear. Pero en 1835 el Parlamento británico decidió prohibir los combates de perros. Esta medida de protección marcó por tanto la historia y el futuro de esta raza.
La raza no fue reconocida oficialmente en Inglaterra hasta el año 1933, más de un siglo después de su origen. Como vemos, la raza Bull Terrier Standard que conocemos actualmente no tiene nada que ver con sus descendientes, lo que es, por otra parte, una buena noticia, debido a la agresividad de sus antepasados.
Características Físicas
El estándar de la raza es un perro musculado, con un cuerpo compacto y robusto. Posee una cabeza con los rasgos definidos, recta y larga. Su cuello, musculado y fuerte, es ancho desde los hombros pero se va estrechando conforme se acerca a la cabeza.
Posee unos ojos triangulares y pequeños, como achinados, con una mirada viva y penetrante. Sus orejas son pequeñas y bastante juntas una de la otra. Son puntiagudas, mirando hacia arriba.
Carácter y comportamiento
La raza Bull Terrier tiene un carácter fuerte. Es un perro testarudo, al que no podemos ceder en nada. Y es que si le cedes en algo que no quieres que haga, luego te será muy difícil hacer que el perro cambie de costumbres. Es parte de su temperamento: la cabezonería.
Además son perros que te pondrán a prueba constantemente. Podríamos decir que nunca te haces del todo con un Bull Terrier.
Cuidados de la Raza
La raza Bull Terrier se adapta bien a todos los medios y estilos de vida, pero no aguanta bien la soledad prolongada. No estamos hablando de una raza demasiado sociable con sus congéneres, por lo que desde su más tierna edad, se debe intentar que se relacione con el mayor número posible de perros, para no tener problemas posteriormente.