La educación es crucial si queremos mantener una relación feliz y exitosa con nuestro perro. El secreto de una buena educación requiere un entendimiento por parte de los dueños de que el perro se comunica a través de ciertas señales y de códigos especiales.

No es la primera vez que hablamos de la educación de los perros, ya que como vemos es un aspecto vital para que la experiencia de tener un perro sea totalmente satisfactoria. Pero hoy de lo que hablaremos será de los errores que debemos evitar en este proceso educativo. Veamos cuales son y porque debemos no cometerlos.

• Nunca debemos castigar a un perro si no lo hemos visto cometiendo la “infracción” en el acto. Un perro se olvida muy rápidamente de las cosas, y si no lo reñimos en el acto no será capaz  de asociar el castigo con el comportamiento erróneo.

• No debes seguir riñendo al perro si éste ya se ha sometido o muestra miedo. Cuando un perro se somete, para él significa que la disputa ha terminado para siempre. La reacción humana ante un acto malo suele ser seguir diciendo “no estamos contentos contigo porque lo has hecho mal”, pero el perro no asocia tu comportamiento con lo que ha pasado previamente.

Cuando un perro se somete y acepta la culpa, debemos dejarlo un poco tranquilos y esperar al menos quince minutos para volver a jugar con él o para acariciarle.

• Nunca castigues a un perro diciéndole que la llamada, porque es posible que el perro asocie tu llamada con algo desagradable y luego no acuda cuando le llames.

• Durante los paseos, nunca vuelvas a casa justo cuando el perro haya hecho sus necesidades. En caso de hacerlo el perro el perro puede asociar que el paseo y las necesidades traen como castigo volver a casa, y puede que luego le cueste hacerlas.

• Una cosa que como dueño debemos tener muy claro es que el perro no entiende el lenguaje humano. Esto quiere decir que si queremos ser dominantes con él y reforzar nuestra postura, debemos hacerlo con una voz enérgica, con los hombros hacia atrás, el pecho hacia delante y la cabeza alta.

En una manada de perros, el dominante se engrandece, expande su pecho y erizado sus pelos para mostrar dominio. Eso mismo debemos hacer nosotros.

• No debemos darle al perro nunca una recompensa gratuitamente, sin un comportamiento correcto previo. El animal debe asociar ese premio a algo bueno, y no acostumbrarse a recibirlo sin hacer nada.