El Cirneco de Etna es un perro que fue entrenado para la caza de liebres, conejos, y desde luego acostumbrado a terrenos complicados a la hora de desplazarse, lo que lo convierte en un perro de lebrel.

Y por este motivo para adiestrar a un Cirneco de Etna debes tener unas bases a las que acudir para poder adiestrarlo de forma correcta y sin problemas, teniendo en cuenta todos sus instintos.  Así pues hay que entrenarlo.

Entonces, ¿cómo podemos hacer esto? ¿Cómo podemos tenerlo bien entrenado? Y por supuesto, ¿cómo podemos adiestrar a un Cirneco de Etna?

Primero de todo y a pesar de lo que algunas personas creen no es un perro oriental, ya que su origen es ibicenco, muy posiblemente de Sicilia, cuando el conocido Aristóteles se encontró con una raza muy parecida al Cirneco de Etna.

Incluso hay una estátua que se parece mucho a este perro, y la data de ésta es del 4000 A.C. ¿Por qué os ofrezco este dato? Sencillamente porque al estar más informados de nuestro perro nos resultará mucho más sencillo entender porque son como son en la actualidad y poder educarlo perfectamente.

Este es un perro de tamaño mediano, no muy grande, pero puede llegar a medir 50 centímetros de cruz y un peso aproximado de 12 kilos. Su pelaje es corto, se podría decir que hasta impermeable, sus orejas son largas y muy rectas. Y su naturaleza le ha otorgada una energía difícil de gastar, que la empleaba en la caza de conejos, libres y roedores en general en unos terrenos altamente complejos de caminar. Así que para adiestrar a un Cirneco de Etna hay que tener en cuenta este dato.

De este modo su entrenamiento y su educación comienzan por desprendernos de esa energía que acumula con paseos muy largos, ejercicios y juegos en los que la educación esté presente en todo momento. De este modo, al estar agotado podrá prestar atención a aquello que quieras enseñarle.

Dicho esto, ¿cómo hacemos para adiestrar a un Cirneco de Etna? Pues utilizando una enseñanza basada en el positivismo, que refuerce todo aquello que haga bien con premios (golosinas, caricias, mimos, etc.) e ignorar aquello que haga mal. Nunca recurramos a la violencia ya que eso podría ser contraproducente. Así que ejercítalo, edúcalo correctamente y con algo de disciplina, tendrás un perro perfecto.

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