El día 26 de diciembre encontré una perrita de unos tres meses, decidimos quedárnosla, en la protectora nos dijeron que era un cruce y nada mas. El caso es que los primeros días era muy buena, se puso malita y ha estado muy tranquila, ahora ya lleva unos días mucho mejor de salud y empieza a dar la lata, lo del pipí y la caca regular, la teníamos en un patio pero al resfriarse nos dijeron que dentro y que hasta que no tenga las vacunas salga lo menos posible, la hemos instalado en la cocina, le hemos puesto un cacharro con arena para ir enseñándole, la caca la pillamos y en seguida le decimos que no y la llevamos al cacharro y al hacerlo la felicitamos, con el pipí no hay manera, o se le corta o no nos da tiempo de cogerla; ahora nos muerde mucho, suponemos que está desesperada con los dientes, le tenemos paciencia y le decimos que no muerda, se ha acostumbrado a estar mucho rato sola en la cocina y sólo muerde sus juguetes y el cacharro de la arena, pero está como loca, cuando llegamos no para de dar saltos y más saltos, carreras, se mete en el cacharro de la arena y lo pone todo perdido, optamos, además de regañarle por darle la espalda para ver si se calma, unas veces da resultado y otras no, ¿seguimos así o cambiamos de actitud?, ¿qué hacemos?.