Si quieres que tu mascota tenga un buen comportamiento a lo largo de su vida, es fundamental que lo eduquemos correctamente desde que es cachorro. Se ha demostrado que educar a un cachorro es mucho más fácil que a un perro adulto. Sucede como a los niños, son más propensos a aprender y en consecuencia a seguir las órdenes de sus superiores.

Un perro es un animal, no un ser humano

Como nos informan los expertos en perros de SentidoAnimal, tenemos que eliminar la visión de ver a un perro como un ser humano. Un perro es un animal y tenemos que tratarlo como tal. No debemos cometer el error de tratarlo como a un bebé o niño chico o el perro confundirá su rol dentro de la familia.

Es importante dejar claro que para el perro la familia realmente no es una familia, sino que es una manada. Y como cualquier otra manada, la misma tiene que ser liderada por el líder. En el caso de que no haya líder y demos demasiadas libertades al perro, entonces se verá obligado a ocupar esa posición. Si la llega a ocupar, será complicado quitársela. Es más, esa posición puede que le venga larga, de aquí que su comportamiento no sea el adecuado.

¿Cuál es la edad recomendada para comenzar con la educación del perro?

Como nos indican los expertos a los que hemos consultado, la edad de vacunación es a los tres meses. Ese es el momento óptimo para comenzar con el proceso educativo de tu mascota. Durante ese periodo de tiempo, el perro comienza su periodo de sociabilización. Es decir, es la época perfecta para comenzar a educar al perro para que pueda disfrutar de un carácter adecuado. El carácter que tenga durante los primeros meses será el que tenga a lo largo de su vida. Por ese motivo, es importante que la educación sea la adecuada para no tener problemas con la mascota cuando sea mayor.

Una buena educación no solo va dirigida en conseguir un buen comportamiento, sino que también va dirigida a eliminar miedos, fobias o ansiedades que hagan que el perro no se comporte como tal.

La educación puede ser a nivel individual o colectiva. Muchos expertos recomiendan la educación en grupos con la misma edad para que el perro sociabilice y aprenda a adaptar a otros animales de su misma especie. Gracias a estos grupos de formación lo que se consigue es lo siguiente:

- Conseguir un carácter adecuado de la mascota.

- Identificación de las señales de calma.

- Ser sumisos y obedecer al dueño.

- Responder a la llamada.

- Desarrollar el olfato.

- Crear vínculos afectivos con la familia.

Para que el aprendizaje ofrezca los resultados esperados, se debe realizar en pequeñas dosis. Muchos propietarios de perros quieren que la educación sea de un día para otro, pero eso no es posible. Si realmente queremos que el perro aprenda, lo tendremos que hacer en pequeñas dosis. Si lo hacemos de esta manera, lo que conseguimos es que la gestión sea positiva y lo aprendido lo recuerde durante toda la vida. El estímulo de premio suele ser la mejor opción para tener éxito en el entrenamiento.

¿Qué debe ser lo más importante en la educación del perro?

Lo primero que se tiene que buscar es que el perro aprenda a sociabilizar y aprenda cual es el rol dentro de la familia. Como hemos comentado anteriormente, el rol dentro de la manada. Hay que evitar que se sienta como el líder o podremos tener problemas graves.

Por otra parte, es fundamental mostrarle una serie de reglas que deberá seguir en casa. El objetivo es evitar malas conductas como puede ser que muerda los muebles, haga sus necesidades donde quiera, ladre a las visitas o incluso se pueda poner agresivo con algunas personas. Con una buena educación se conseguirá eliminar los malos hábitos. Pero es fundamental ser serio con la mascota, por lo menos hasta que tenga un comportamiento adecuado.

Bajo ningún concepto tenemos que premiar al perro con comida o una caricia si el comportamiento no es el adecuado. Solo hay que hacerlo cuando haga las cosas bien. Es verdad que en ocasiones es complicado, pero hay que ser fuertes para conseguir que el perro tenga un carácter agradable.

¿Qué es lo más complicado?

Realmente cada mascota es un mundo, pero podemos decir que lo más complicado normalmente es establecer una serie de normas en la casa y que sean respetadas. Hay que ser insistente hasta que el perro las comprenda.

Si notas que te estás esforzando y los resultados no son los adecuados, entonces tendrás que llevar a tu mascota a un educador de mascotas para que te ayude en el proceso. Cuentan con fórmulas efectivas que hacen que el comportamiento sea el adecuado. Recuerda, no retrases la educación demasiado o puede ser demasiado tarde.

La paciencia es fundamental para conseguir tener éxito. No estamos ante una persona que nos comprende, sino que necesita de su tiempo para darse cuenta de que tiene y que no tiene que hacer. Si tenemos paciencia y lo hacemos bien, el perro aprenderá y recibiremos un buen comportamiento como premio.

Errores que hay que evitar en la educación del perro

En la educación hay que dejar un poco de lado las emociones o la mascota nos podrá manipular como quiera. Para evitar un mal comportamiento, tenemos que ser firmes. Se ha demostrado que el comportamiento reforzado suele repetirse. Si se da cuenta desde mascota que una mala conducta es la manera de llamar nuestra atención, lo hará de cachorro y cuando sea adulto. Por ese motivo es fundamental dejar de lado las emociones y tener un carácter serio cuando hagan las cosas mal.

Hay que evitar reñir al perro por su mal comportamiento. La expresión corporal para ellos es más importante que las voces. Muéstrate delante y que vea que dominas y tiene que hacer lo que tú quieres. Para eso eres el “líder de la manada”.

Nunca hay que dejar a un bebé solo con el perro. Al fin y al cabo, es un animal y puede tener un comportamiento que nos sorprenda. Para evitar sustos, incluso si el perro tiene un carácter bueno frente al bebé, siempre hay que evitar dejarlos solos. El bebé no tiene ningún arma para defenderse. Eso sí, si el bebé acaba de nacer y para evitar celos, hay que dejar que lo huela y comience a ver que es parte de su manada y lo tiene que cuidar. Pero siempre tenemos que estar cerca para evitar un susto. No suele pasar, pero mejor prevenir que curar.