Las necesidades específicas de nutrición de los perros se dividen en energía (glúcidos y lípidos), proteínas, minerales y vitaminas.

La primera necesidad del perro es el gasto de energía. De hecho después del agua, los componentes energéticos son los que más rápidamente afectan a la salud del animal cuando estos bajan.

La riqueza energética proviene principalmente de una dieta de carbohidratos (glúcidos) y grasas (lípidos).

El gasto diario de energía se compone del gasto del metabolismo basal, que representa el 60-70% del gasto total de energía, al que hay que añadir la pérdida de energía relacionada con el trabajo muscular, la digestión y la termorregulación.

Los carbohidratos y las grasas

Éstos proporcionan energía al organismo. El hígado y los músculos absorben la glucosa presente en la sangre para transformarla en glucógeno, que es una forma de almacenamiento de energía en los animales.

La digestión del almidón es un factor a considerar debido a una baja actividad de la amilasa en los perros. Un tratamiento físico-químico adaptado permitirá obtener una máxima digestibilidad de éste.

Los lípidos (aportados por la materia grasa) son la fuente preferida y concentrada de energía. Liberan aproximadamente el doble de energía por unidad de peso en comparación con los hidratos de carbono. Son esenciales para el organismo, no solo por su papel en la energía, sino también para sus funciones plásticas y funcionales.

Las proteínas

Fundamentales en la nutrición, su papel consiste en proporcionar al cuerpo los elementos necesarios para su construcción. Éstas proporcionan los aminoácidos necesarios para la síntesis de proteínas en el tejido corporal y están implicadas en el crecimiento y el mantenimiento del tejido muscular, el sistema nervioso y el esqueleto.

El cuerpo no es capaz de sintetizar la cantidad suficiente de aminoácidos que necesita el animal y éstos deben ser suministrados a través de la alimentación. Éstos intervienen en muchos ciclos bioquímicos esenciales. Por modificación química, ciertos aminoácidos se transforman en moléculas biológicamente importantes que intervienen en las fases de crecimiento, neurotransmisión, reacciones alérgicas y muchas otras funciones hormonales.

Minerales y vitaminas

Son indispensables para el buen funcionamiento del organismo del animal. Participan en numerosas reacciones metabólicas. Tanto el exceso como la carencia de éstos será perjudicial para la salud del animal, por lo que una alimentación bien equilibrada es primordial.

Las vitaminas realizan diversas funciones: ayudan a transformar los alimentos en sustancias asimilables participando en la elaboración de las celdas de la sangre, hormonas y diversos componentes químicos del sistema nervioso; participan en funciones como la visión, el crecimiento, la reproducción, el crecimiento de las celdas sanguíneas y en muchas de las reacciones metabólicas y energéticas.

Por su parte los minerales constituyen la mayor parte del esqueleto y de los dientes. Éstos participan en el mantenimiento del sistema inmunitario, en la coagulación de la sangre y en el metabolismo del oxígeno en el organismo. Igualmente aseguran el transporte de la energía, el equilibrio hídrico y actúan en el metabolismo óseo y epidérmico.